Ejercicio
B/ diálogo entre dos objetos: Un sillón y una vela
Sillón:
hola vela
Vela:
hola sillón
S: He
notado que ya tinen mucho tiempo que no te prendes aquí en la sala
frente a mí.
¿te
pasa algo?
V: No,
estoy bien. Lo que pasa es que no ha habido necesidad de que me
prenda. Tú, por tu parte, no he visto que alguien se siente encima
de tí ¿acaso estás en mal estado o te pasa algo a tí?
S: No,
no es nada de eso. Es sólo que nuestros dueños -los mismos que no
te han prendido en mucho tiempo- siempre se sientan en el sillón
grande, en mi hermano mayor, yo soy el más pequeño. Sólo me usan
cuando viene alguien de visita, como cuando viene Alejandro, su
sobrino. Tú lo has visto, el niño que se quita los zapatos y se
sienta sobre mí a ver la tele.
V: Sí,
ya me acordé de Alejandro, el que cuando se sienta a ver la tele no
le hace caso a nadie.
A mí no me han prendido ultimamente porque tiene mucho tiempo que no se ha ido la luz -como dicen ellos- que es cuando me necesitan para que ilumine la sala con mi luz. Tampoco me han prendido tan seguido como en esa época en que estuvo nuestro dueño tocando la batería con sus amigos, y que al terminar me prendían para que la casa no guardara los humores de su esfuerzo, pues el aroma de mis esencias y fragancias ayuda a disipar los olores. Ahora sólo estoy de adorno en esta mesa, y de hecho mi función original, para la que me compró y me trajo la dueña de esta casa fue la de adornar y alegrar este espacio. Tú sabes que por lo general a las mujeres les gusta hacer eso.
A mí no me han prendido ultimamente porque tiene mucho tiempo que no se ha ido la luz -como dicen ellos- que es cuando me necesitan para que ilumine la sala con mi luz. Tampoco me han prendido tan seguido como en esa época en que estuvo nuestro dueño tocando la batería con sus amigos, y que al terminar me prendían para que la casa no guardara los humores de su esfuerzo, pues el aroma de mis esencias y fragancias ayuda a disipar los olores. Ahora sólo estoy de adorno en esta mesa, y de hecho mi función original, para la que me compró y me trajo la dueña de esta casa fue la de adornar y alegrar este espacio. Tú sabes que por lo general a las mujeres les gusta hacer eso.
S: Pues
sí, ni hablar, parece entonces que a ambos nos ha bajado el trabajo
últimamente, ojalá viniera más gente de visita, pero ya vez que a
nuestros dueños no les gusta mucho eso, que venga gente a visitarlos,
ni modo.
Metáforas
de acciones humanas que pueden aplicarse a las plantas:
1.- A
ese árbol le dieron una buena tuzada
2.- Esa
plantita está muy triste, le ha de faltar agua.
3.- Pero
no le eches demasiada agua, no se vaya a ahogar.
4.- Las
palmeras borrachas de sol. (Agustín Lara)
5.- ¿Qué
le dijo un jardinero a otro? Vamos a divertirnos mientras podamos.
6.- Y
realmente, cada vez que corría un poco de viento, el junco
realizaba sus más graciosas reverencias (El príncipe feliz, Oscar
Wilde)
7.- Ese
gran roble se yergue altivo y orgulloso
8.-
Fíjense cómo crecen las flores del campo que no trabajan ni hilan.
Mateo 6:2